domingo, 21 de abril de 2013

Los Niños comiendo Melón y Uvas


Murillo pinta este óleo sobre lienzo, enmarcado dentro del barroco español.
Representa a dos chavales que aparecen ante un edificio en ruinas, una guarida usada por gente sin domicilio, interesándose el artista por presentarlos como auténticos pícaros, destacando sus ropas raídas y sus gestos de glotonería. Los chavales aparecen comiendo fruta (uvas y melón) que se están zampando con ganas y glotonería que seguramente han hurtado. Los detalles están captados a la perfección -especialmente las frutas- creando Murillo una apreciable sensación de realidad y naturalidad. La pincelada comienza a adquirir una mayor soltura y los efectos de vaporosidad y transparencia empiezan a surgir gracias a su contacto con Herrera y la pintura veneciana.
La línea diagonal barroca, como eje compositivo, aparece con claridad en todos ellos. En este caso, la línea es doble: una va de la uva al melón, y la otra une las dos caras de los niños. La luz, sesgada, entra por la izquierda del cuadro; se produce un estimulante juego de luces y sombras tenebristas sobre un fondo oscuro bastante neutro (aún influido por el tenebrismo), con la atención fijada en el bodegón de frutas y en la anatomía juvenil.