sábado, 18 de mayo de 2013
La Casa Milà
La Casa Milà, llamada popularmente La Pedrera (cantera en catalán), es una de las obras paradigmáticas del modernismo catalán y, quizá el edificio que mejor sintetiza todos los elementos arquitectónicos utilizados por Gaudí.
Pere Milà, el propietario, había visto la casa Batlló realizada también por Gaudí y quedó entusiasmado por su belleza, por lo que encargó al arquitecto catalán la realización de una gran casa de pisos de alquiler en su nuevo terreno. Posee un total de cinco plantas, más un trastero diáfano realizado en su totalidad con arcos catenarios y la azotea, así como dos grandes patios interiores y varios más pequeños.
Los espaciosos departamentos están dispuestos alrededor de la fachada y de dos patios circulares interiores. Gaudí proyectó una casa con formas onduladas y vivas, aludiendo al mar y a motivos vegetales.
El oleaje sinusoidal confiere un movimiento excepcional a la fachada de piedra absolutamente continua eludiendo las esquinas, que representa el mar.
Los distintos espacios están delimitados por tabiques divisorios no estructurales, lo que establece gran flexibilidad para modificar los espacios cambiando de lugar los tabiques o eliminándolos por completo.
En la terraza, las salidas de las escaleras son sorprendentes esculturas helicoidales revestidas con cerámicas pegadas y mármol. Las chimeneas recuerdan guerreros cubiertos con un casco. Todo el espacio es fantástico y futurista.
El desván está formado por una serie de arcos catenarios. Los elementos marinos se encuentran en la decoración interior : techos con movimientos, columnas de piedra esculpida y un mobiliario creado por Gaudi muy moderno.
Las aperturas parecen cavadas en la masa ondulante de piedra de la fachada y están adornadas con una magnífica obra en hierro forjado con formas vegetales para los balcones y las verjas, sorprendentes para ser los portales del edificio, simulando plantas trepadoras.
La estructura se basa en forjados de viguetas metálicas y bovedillas a la catalana que se sustentan por jácenas metálicas sobre pilares.
Como soporte de la fachada se usaron jácenas onduladas que se empotran en la piedra y están unidas a viguetas de longitudes variables.
En el desván, Gaudí construyó una serie de arcos catenarios de alturas variables según las anchuras de la crujía. Estos arcos sustentan por los lados las paredes de las fachadas exteriores e interiores y por encima la cubierta escalonada.
Las únicas paredes estructurales que hay son las de la escalera.