Desde el año de 1892 hasta 1894 Claude Monet produce la famosa serie de la Catedral de Rouen. Se traslada a una casa alquilada frente al templo gótico desde cuya ventana o desde la plaza adyacente pinta los diferentes efectos de luz sobre la fachada occidental del edificio. Monet insistirá en demostrar que los objetos varían dependiendo de la luz que los ilumine. No es lo mismo la luz en la mañana, que al mediodía, o con las sombras del crepúsculo. Con una dedicación casi obsesiva pintó estos 31 lienzos, altísima expresión del impresionismo, sobre la percepción fugaz del objeto observado: "Cuanto más viejo me hago más cuenta me doy de que hay que trabajar mucho para reproducir lo que busco: lo instantáneo. La influencia de la atmósfera sobre las cosas y la luz esparcida por todas partes".
La catedral adquiere todos los tonos de una forma casi misteriosa, los detalles del encaje y las formas de la piedra conforman un espectáculo de luz mas que un modelo arquitectónico, la imagen se centra en la portada aboliendo a porpósito la grandiosidad de las torres góticas, la perspectiva casi sin profundidad enmarca mas la luz que el objeto mismo. Metáfora tal vez del paso inevitable del tiempo, lo fugaz adquiere protagonismo, lo que es, ya no será y lo que vemos no durará. Pero el pincel se resiste a perder lo observado, y como resultdo, guarda en la tela el espectáculo de luces y sombras, casi desprevenido. Las obras representan así un escenario astronómico inquietante, producto del movimiento de rotación terrestre.
En una carta que el propio Monet dirige a su amigo Clemenceau, expresa " yo siempre he observado únicamente lo que el mundo me mostraba, Para dar testimonio de ello en mi pintura".
Del mismo modo Clemenceau, reflexiona, sobre la serie de las Catedrales: "Frente a las veinte vistas del edificio por Monet, uno se percata de que el Arte, en su empeño de expresar la naturaleza con exactitud creciente, nos enseña a mirar, a percibir, a sentir. La piedra misma se transforma en una sustancia orgánica, y uno puede sentir cómo cambia de la misma manera que un momento de la vida sucede a otro. Los veinte capítulos de muestras de luz en evolución han sido hábilmente seleccionados para crear una pauta ordenada de esta evolución. El gran templo es en sí mismo un testamento de la unificadora luz del sol, y lanza su masa contra el brillo del cielo".